Hoy os traemos un juego sensorial con arena ideal para bebés y los más peques de la casa. Mezclaremos la imaginación y la fantasía para que puedan explorar a su antojo. A menudo los niños no pueden experimentar todo lo que les gustaría. . A través de la caja sensorial les ofrecemos continuas experiencias enriquecedoras. Cuanto más desarrollen los sentidos más preparados estarán para la vida, más receptivos a los estímulos de su alrededor y mayor número de conexiones neuronales se producirán.
LA CAJA SENSORIAL
Se trata de aprender con los sentidos. La caja sensorial ó “pequeño mundo” es una técnica óptima para la educación infantil. Estimula el aprendizaje multisensorial en el desarrollo de los niños, su concentración, imaginación y motricidad fina desde la más temprana edad.
La caja sensorial es un recipiente que contiene distintos objetos, según la temática y motivación deseada. Los objetos pueden tener o no un nexo de unión entre sí.
Cuando la caja contiene objetos con distintas texturas, formas, tamaños y colores estimulamos todos los sentidos del chaval mientras aprende a interactuar con su entorno.
A través de la caja sensorial le ofrecemos experiencias enriquecedoras. Cuanto más desarrollen los sentidos más preparado estarán para la vida, más receptivo a los estímulos de su alrededor y mayor número de conexiones neuronales se producirán.
¿CÓMO HACER UNA CAJA SENSORIAL
El recipiente. Puede ser una caja de zapatos, un bote de plástico o cualquier otro tipo de contenedor que sea lo suficientemente grande como para que el niño pueda introducir sus manos sin dificultad. Además, en la caja sensorial, se pueden introducir todo tipo de objetos pues la idea es crear pequeños escenarios de la vida real.
La temática. Elegir el escenario de la caja. Podemos crear los paisajes e inéditos escenarios de nuestros sueños o proponer también paisajes abstractos.
El elemento base con el que cubrir gran parte de la caja. Puede servir la arena o hacerse de arroz, semillas, perlas, bolas pequeñas, espumas, hierbas del campo… ¡Y hasta agua! 🙂 .
Los objetos a incluir en la caja. Puedes escoger cualquier tipo de objeto que sea afín a la temática y elemento base elegidos. Procura también utilizar materiales comunes, presentes en el día a día de los más pequeños para así transferir los conocimientos adquiridos a su vida diaria. Cuanto más naturales sean los objetos, más atractivos son para los niños y más se motivan.
Según edad de niño y su capacidad manipulativa elegimos el tamaño de los objetos, siempre controlando que no se los introduzcan en la boca.
Para elaborar este juego sensorial con arena de hoy para nuestro pequeño necesitaremos:
Materiales:
- Caja de madera
- Arena blanca
- Cartulina dorada
- Pequeños tesoros para esconder
Paso a paso:
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Introduce una cartulina dorada o plateada dentro de la caja de madera
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Rellena de arena y esparce tesoros “mágicos”
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Una vez la arena esté posicionada sobre la cartulina, el niño pasa el dedo y hace surcos de la forma que quiera por la arena, descubriendo los mensajes con los que queremos contactar con los seres del bosque…Admira como aparecen las improntas mágicas…Prueba también con letras, dibujos y filigranas.
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Los niños más mayores pueden inventar sus propias cajas sensoriales.
¿Cuándo se puede comenzar a usar la caja sensorial?
A los seis meses los peques suelen mantenerse ya sentados, a veces antes. En ese momento le puedes ir presentando asiduamente una caja sensorial y motivarle a que descubrir por sí mismo el curioso contenido. En cuanto se ensimisme debes dejarle solo para que los descubra a su manera y a la vez estando siempre cerca y atenta a su seguridad.
¿Para qué sirve esta actividad?
En la caja sensorial el niño se divierte mientras interactua con el mundo circundante y su interés aumenta a través de la vivencia. Sus funciones cerebrales adquieren la capacidad de descubrir las características de los distintos objetos y materiales conociendo sobre la marcha los nexos que los unen, trabajando tanto el pensamiento lógico como abstracto.
Es conveniente que el niño mejore día sus destrezas. Para su motricidad fina es óptima esta actividad, siendo puramente recomendable que el niño tenga siempre a su disposición una caja sensorial en la que poder manipular a su antojo de distintas formas utilizando los dedos, las manos, las pinzas, manipulando objetos pequeños…
En la actividad se trabaja asimismo la motricidad gruesa en la recopilación, llenado y traslado de objeto. Al potenciar la concentración se relajan las tensiones cuando se encuentra irritado.
Desarrolla las habilidades sociales al jugar en la caja sensorial con otros niños y resolver conflictos en común.
Potencia las habilidades lingüísticas al adquirir nuevo vocabulario al tiempo que descubre el entorno.
Relaja al niño ofreciéndole un ritmo pausado en el que pararse, observar, sentir e interactuar.
Fomenta la seguridad y la autoestima. La creación de continuos y variados mundos propios le aporta satisfacción.
Induce al método científico. Los niños se platean preguntas creando nuevos esquemas cognitivos y participan activamente de su aprendizaje.
Las actividades artísticas refuerzan la inteligencia emocional.
Consejos prácticos:
Si el niño es muy pequeñito vigila que no se meta nada dentro de la boca.
· Despierta su curiosidad y deseo de aprender. Formúlale preguntas y ayúdale a clarificar significados a través de la indagación, el diálogo y la reflexión.
¿Realizas con tus peques experiencias sensoriales?
Me encantará si me cuentas tu opinión al respecto y si realizáis juegos sensoriales en casa nos alegrará que compartas la vivencia
