Si queréis, podéis empezar haciendo algunos dibujos, con el fin de decidir qué aspecto queréis que tenga el cabezudo. Seguidamente, cogéis la arcilla y dais forma a vuestra idea, construyendo un pequeño modelo a escala.
El siguiente paso es coger un cubo, ponerlo sobre la cabeza de un chico y marcar la altura donde irán los ojos. Con ayuda de un taladro (pedir a un adulto que nos haga el agujero) tendremos que hacer dos agujeros en el cubo (con mucho cuidado para no romperlo), ya que serán los agujeros por donde miraremos. Seguidamente, sobre el cubo iremos creando una serie de estructuras internas que fabricamos a partir de churros de papel de periódico enrollado y cinta adhesiva de embalar, dándole forma al cabezudo.
Ahora ya podemos empezar a recubrir toda la estructura. Lo podemos hacer con el papel mâché (igual que a la técnica anterior), pero quedará todavía mejor si utilizamos cartón-piedra. El cartón-piedra es un papel maché especial, más esponjoso, fabricado industrialmente a partir de papel, cartón, tiza, aceite secante … Lo podéis comprar preparado en láminas secas. Estas láminas tienen una textura lisa por un lado y más rugosa por la otra. También se lo nombra cartón fallero, ya que es el material que se utiliza para hacer los muñecos de las fallas valencianas.
Preparaos una palangana en agua y un plato con cola de empapelar espesa (para mes detalles, veis las instrucciones que doy sobre la PREPARACIÓN DEL PAPEL MACHÉ). Tenéis que humedecer el cartón-piedra en agua, mojarlo después con la cola y, al igual que a la técnica anterior, ir recubriendo la estructura interna del cabezudo hasta darle la forma deseada. Id guiándoos por el boceto que fabricasteis en arcilla.
¡Aseguraos de que los dos agujeros de los ojos quedan destapados!
Finalmente, sólo hace falta dejar secar el cabezudo hasta que quede duro (5 o 6 días) y pintarlo.
Complementadlo con un buen disfraz.
