MATERIAL: vendas de escayola -de las que utilizan para enyesar brazos, que las podéis encontrar en la farmacia-, crema hidratante tipo Nivea, papel higiénico, algodón flojo, tijeras, palanganas, (agua), pintura y pinceles.
ELABORACIÓN: Este taller se hace por parejas: cada niño le hará la careta a su compañero. Un niño se tiende en el suelo y la otra se coloca detrás de su cabeza, con las vendas de escayola y una palangana de agua cerca. Primero le untará crema hidratante (tipo Nivea) en la cara, para que más tarde la careta se pueda desenganchar fácilmente. A continuación le pone unas cuantas tiras de papel higiénico en la cara, para que no se le enganche la escayola a la piel. También le cubrirá los ojos con un poco de algodón flojo, y también le tapará con algodón los agujeros de la nariz (el niño tendrá que respirar por la boca mientras le hacen la máscara).
Después hay que cortar la venda en tiras de la medida de la cara; estas tiras se mojan en la palangana y se van colocando sobre la cara, aun marcando bien la forma de la boca, la nariz, los ojos …
Cuándo toda la cara esté cubierta de escayola por una capa suficientemente gruesa, la dejamos secar durante un par de minutos, y después empezamos a retirarla con mucho de cuenta, y la ponemos a secar el tiempo que haga falta hasta que quede bien seca.
Ahora hay cambio de posiciones, y lo que hacía la careta se estira para que a su compañero se la haga a él.
Cuando todas las caretas están bien secas, cada niño toma la suya y el peine como más le guste (como un indio, como una bruja, toda de un color…). Después las volveremos a dejar para que se seque la pintura.
Algunos niños con experiencia haciendo caretas son capaces de hacer narices muy largas, o cuernos, o verrugas, u otras cosas originales.