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Árbol de invierno

Aprovechamos el frío para seguir haciendo manualidades de invierno. Esta vez vamos a pintar un árbol de invierno usando como herramienta algo que nos permita estampar. Una actividad perfecta para estimular los sentidos y la motricidad fina, además de desarrollar la creatividad. Podemos usar, como en nuestro caso, un bastoncillo gigante casero, o también los dedos, dejando huellas blancas, o hacer un sello de patata, o también usar la goma de la parte de atrás de un lápiz a modo de sello, o un trozo de plástico de burbujas, etc.

Materiales necesarios

  • Hoja de cartulina, puede ser celeste
  • Rotulador negro o pintura negra
  • pintura lavable blanca
  • Para hacer el bastoncillo: una pajita, un pompón o trozo de esponja, una goma elástica y una pajita

Paso a paso

  1. Vamos a dibujar un árbol, con su tronco y sus ramas, usando el rotulador o pintura negra con un pincel. Dependiendo de la edad de los peques, podrán hacerlo ellos mismos 
  2. Hacemos nuestro bastoncillo colocando el pompón en el centro de la gasa, y luego lo sujetamos a la pajita con la goma. 
  3. Ahora preparamos el espacio de trabajo. Protegemos la mesa con plástico o papel, les ponemos un delantal a los peques. Ponemos un poco de pintura blanca en un plato, y les damos el bantoncillo, o la herramienta que hayamos elegido para estampar.
  4. Les contamos a los peques que vamos a pintar un árbol de invierno, cubierto de nieve. Pasamos el bastoncillo por la pintura, sin recargar demasiado y les mostramos cómo pintar con él.

Quién puede hacer esta actividad

  • Niños a partir de 2 años: ya a los 2 años los peques podrán usar el bastoncillo, os sus propios dedos, para pintar los copos de nieve. También, como hemos dicho, podemos usar otro tipo de sellos, como la gomita de la parte de atrás de un lápiz.

Para qué sirve esta actividad

Con esta actividad vamos a estimular los sentidos, principalmente el tacto y la vista, con el contacto con la pintura y los contrastes de colores. Además desarrollaremos la motricidad fina, a través de los movimientos precisos de las manos necesarios para pintar los copos.

También desarrollamos la creatividad, y podemos hablar y aprender sobre las estaciones, el invierno, el ciclo de la vida de los árboles, etc.