El puntillismo es un estilo de pintura que resulta fácil para los niños. Cuando se lo enseñas, los más pequeños toman lápices de colores y comienzan a hacer puntos sobre una hoja hasta llenarla de disímiles tonalidades. Si se lo muestras a los más grandes, ellos se dedican a perfeccionar el método y más que marcar por marcar, se dan a la tarea de esbozar alguna figura como el árbol frondoso que ves en la imagen.
Lo cierto es que hacer puntos sobre una superficie, resulta divertido. Teniendo esto en cuenta, hoy te proponemos dedicar unos minutos a compartir colores e ideas que luego, tú y tu hijo, plasmarán sobre el papel.
Los materiales
Para hacer un dibujo usando la técnica puntillista debes buscar:
- Una cartulina blanca, gruesa y grande el doble de una hoja tamaño carta (si no tienes una tan grande puedes optar por otra más pequeña, incluso, por un papel)
- Temperas de varios colores
- Un lápiz con goma en la punta
- Un pañito de tela de gasa. La tela debe ser de gasa porque otro material como el algodón, por ejemplo, puede soltar fibras que se peguen con la pintura.
La planificación de la actividad
Los artistas de la plástica buscan inspiración para crear sus obras. Muchos de ellos, necesitan ver el objeto u objetivo en sí, en el momento de perpetuarlos sobre el lienzo.
Si tu hijo y tú os dedicáis a sacar a luz una obra de arte paisajística precisaréis de un ambiente campestre para plasmar la impresión que os deja el entorno circundante.
Una vez planifiquéis el lugar en donde pondréis el“caballete” estaréis en disposición de comenzar a dibujar el árbol.
El dibujo
El tronco del árbol que van a diseñar puede dibujarse mediante el estilo de pintura conocido como puntillismo, pero también quedará bonito si lo pintas con un color carmelita, una crayola, o un pincel embadurnado de acuarela.
Ahora bien, si deseas apegarte un poco más al ambiente y la naturaleza te recomendamos aplicar otras técnicas de las artes plásticas y, por ejemplo, esbozar el contorno del tronco con un lápiz, rellenar el interior con pegamento y luego espolvorearle arena o tierra del lugar donde se encuentran. Igual, pueden recolectar piedrecitas, hojas o semillas y hacer lo mismo que con la tierra. Sin lugar a dudas, esto hará que la obra sea más autóctona.
Después que dibujes el tronco del árbol pídele a tu niño que se encargue él de la creación de su copa. El árbol debe quedarles con un follaje tupido, por ello, te sugiero supervisarlo en la elección de los colores de la gama de los verdes. En este caso, hay que darles más preponderancia a los verdes oscuros, pero sin olvidar intercalarlos con algunos claros.
Dile a tu niño que te ayude a verter las temperas sobre la paleta, muéstrale cómo debe introducir la goma del lápiz dentro del color que va a usar, para luego, hacer uno o dos puntos sobre la cartulina, mojar dentro de la tempera otra vez, hacer otros más, y así sucesivamente.
Recuerda que la técnica puntillista consiste precisamente en eso: hacer puntos sobre una superficie usando una punta embadurnada de color.
Así, muy pronto tendréis vuestro árbol terminado.
Para qué sirve esta actividad
Las actividades artísticas fomentan la creatividad de los niños, siendo muy recomendables en los primeros años de vida. Aumentamos la autoestima, la inteligencia emocional, la autoseguridad y la resolución de conflictos, a la vez que potenciamos la motricidad fina y la imaginación.
Consejos prácticos
- Cada vez que tu niño decida cambiar la tonalidad, a no ser que quiera mezclar colores, debe limpiar la goma en el pañito de gasa que le preparaste previamente, y luego, mojarla dentro de otra tempera.
- Ya sea que podáis ir de excursión al campo, visitar un parque forestal, o solo tengas tiempo de hacer un picnic en tu patio trasero, te recomendamos salir al exterior. Tu hijo agradecerá la diversión que le propones tanto como el tiempo que comparte contigo y el esparcimiento al aire libre.
Espero que os divirtáis en grande.