Un recipiente lleno de maíz puede servirle a tu hijo como caja sensorial con la que obtener una experiencia táctil que le permitirá aprender acerca de distintos temas y, a la vez, desarrollar sus sentidos. En la propuesta de hoy incluímos muchas variantes para que puedas entrenenerle pasando una buena tarde y con una deliciosa merienda al final.
Las cajas sensoriales suelen llamarse “Pequeños Mundos” y en ellas reproducimos escenarios de la vida en miniatura para que los peques disfruten y aprendan de forma divertida. En concreto, la caja sensorial de maíz es muy atrayente para los niños dado su hermoso color amarillo dorado que tanto les llama la atención.
Los materiales
Los materiales que necesitas para brindarle al niño esta actividad son los siguientes:
- Un recipiente plástico de tamaño grande en donde echar todo el maíz.
- Granos de maíz para palomitas.
- Otros recipientes de plástico de diferentes tamaños, formas y colores.
- Una pequeña maceta con tierra.
- Una regadera u otro recipiente con agua.
- Una palita.
Pasos a seguir:
- Acompaña a tu niño a llevar todos los elementos que usaréis en el juego hacia el lugar que él elija. Si hace buen tiempo, esta puede ser una óptima actividad de exterior.
- Siéntate en el suelo junto a él y empieza explicándole que el juego consiste en sacar los granos de maíz del recipiente grande para irlos echando en los demás.
- Puedes ofrecerle diversas variantes para que reafirme conocimientos. Dile, por ejemplo, que deberá comenzar llevando 5 granos de maíz al recipiente rojo; 3 al azul y 2 al amarillo.
- Enséñale a clasificar: los granos más grandes en un recipiente y los más chicos en otro, los más oscuros aparte de los más claros, y así sucesivamente, según todas las clasificaciones que espontáneamente te vengan a la mente.
- Estimúlalo a vaciar ciertas cantidades en una y otra vasija con el objetivo de verter los granos sin que ninguno caiga al suelo. Lo puede hacer usando la palita o precipitando los granos directamente de las vasijas que los contienen.
- Tu niño puede también formar figuras poniendo los granos uno a continuación del otro. De esta manera, le será posible obtener cuadrados, triángulos, círculos, corazones, caritas felices, animales, estrellas… Ofrécele tu ayuda en el diseño de las distintas figuras.
- Como colofón final de la actividad cuéntale a tu niño que el maíz es una semilla de vida y que de las semillas, nacen plantas. Para ello debes utilizar maíz biológico o especial para plantar.
- Toma la maceta y pídele a tu hijo que abra un hueco con la pala. Dile que ponga la semillita de maíz dentro, que la tape y la riegue con agua. Pasados un tiempo, de allí, él verá crecer una planta.
- Para finalizar el juego lleva los granos de maíz hasta la cocina y conviértelos en ricas palomitas que compartiréis alegremente como merienda y premio por haber realizado toda la actividad.
Quién puede hacer esta actividad y alternativas
- Bebés a partir de 18 meses: Esta no es una actividad recomendable para los bebés , dado el peligro que el maíz representa de atragantamiento, teniendo en cuenta su pequeño tamaño.
- Niños a partir de 3 años: Puedes realizar esta actividad con los niños de preescolar siempre vigilando que no se los meta en la boca. Dile que la parte comestible vendrá luego, cuando transforméis el maíz en las deliciosas palomitas.
Alternativas para niños más mayores
Los niños más mayores pueden realizar hermosas composiciones con el maíz, previamente tiñéndolo de distintos colores con el colorante alimentario.
Para qué sirve esta actividad
Con la caja sensorial de maíz reforzamos el dominio y precisión de los dedos y manos. Aprendemos sobre números y colores. Trabajamos el sentido de la vista y el tacto. Introducimos al niño al mundo de las semillas y la naturaleza.
Ayudamos al peque a calmarse, enfocarse y relajarse. Ejercitamos la motricidad fina, el conteo y el vocabulario.
Consejos prácticos
- Siempre que vayas a poner a tu hijo a jugar con maíz o con cualquier otro grano, debes mantenerte todo el tiempo a su lado vigilando que no se vaya a llevar ninguno a la boca, las fosas nasales o los oídos.
- Aunque siempre enfatizamos en que las enseñanzas impartidas en el colegio no deben adelantarse en casa, también advertimos que la introducción de ciertas materias como el aprender a contar como mínimo del 1 al 5 antes de comenzar la etapa escolar, es beneficiosa para el menor.
- Lo mismo sucede con los colores. Si tu hijo todavía no sabe colores tan básicos como el rojo, el azul y el amarillo, este puede ser un buen momento para ayudarlo a identificarlos.