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Carrera de pompones

Vamos a hacer un juego muy divertido, que indicamos para niños de edad preescolar, pero os aseguramos que también disfrutarán los más mayores, incluso es ideal como juego para fiestas: una carrera de pompones… ¡a soplidos! Con una pajita los niños deberán ir soplando para empujar el pompón hacia la meta.

Con este juego, además de pasar un rato divertido, vamos a estimular la motricidad gruesa y a ejercitar los pulmones y los músculos de la boca, algo que ayudará también a mejorar la vocalización. Se puede jugar de a uno o más niños, solo necesitaremos agregar «carriles» a nuestra pista.

Materiales necesarios

  • Cinta de carrocero
  • Pompones
  • Pajitas
  • Vasos de plástico

Paso a paso

  1. Vamos a preparar nuestra área de juego. Para ello con la cinta de carrocero delineamos los carriles que necesitamos, uno por cada niño. Solo tenemos que pegar la cinta en el suelo, a modo de línea. Al final de la pista, acostaremos un vaso, con la boca mirando hacia la pista, uno en cada carril. Lo vamos a pegar al suelo con cinta para que no se mueva. 
  2. El o los peques que van a jugar tienen que ponerse en cuatro patas al inicio de la pista. Pondremos un pompón delante de cada uno de ellos, y con la pajita, sin tocarlos, deberán ir llevándolos hasta el vaso, sin salirse de la pista.
  3. Si participan varios niños, el que llega primero gana la carrera.

Quién puede hacer esta actividad

  • Niños a partir de 2 o 3 años: no todos los niños de 2 años saben soplar, o pueden hacerlo con la fuerza suficiente, así que vosotros mismos, que conocéis a vuestros peques, podéis saber si están listos para este juego.

Para qué sirve esta actividad

Esta carrera de pompones tiene varios beneficios. Por un lado vamos a desarrollar la motricidad gruesa, ya que los peques deben moverse en cuatro patas, arrastrándose por el suelo. Por otro lado, soplar es una actividad beneficiosa porque ejercita los pulmones, aumentando su capacidad. También es un ejercicio para los músculos del diafragma y la caja toráxica. Soplar fuerte, como si estuviéramos hinchando un globo, que es lo que los peques harán para empujar las pajitas, estimula los músculos de la boca, ayudando a mejorar la vocalización y articulación de los sonidos.

Consejos prácticos

  • Como siempre os decimos, los peques deben estar siempre bajo la supervisión de un adulto
  • Podéis hacer la pista bien cortita para los niños pequeños, e incluso no hacer pista, solo pegar el vaso a poca distancia de donde comenzarán a soplar. Para los más mayores en cambio, la pista puede ser larga, y también zigzaguear, para aumentar la dificultad.