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Circuito sensorial descalzo

caminar sobre plásticos de burbujas

Caminar sobre superficies con texturas como por ejemplo, el plástico de burbujas de esos que normalmente se usan para proteger los objetos dentro de sus embalajes,  puede ofrecerle a tu hijo un rato de sano esparcimiento. Aunque es solamente un juego de diversión sensorial para los niños grandes, en el caso de los pequeñines de 0 a 1 año de vida sí que resulta una excelente actividad educativa.

A continuación, te argumento el porqué de mi tesis.

Beneficios de acostarse, sentarse y caminar sobre un plástico de burbujas

Acostarse, sentarse y caminar sobre un plástico de burbujas le sirve al niño pequeño para:

Estimular sus sentidos del tacto la vista y el oído. A medida que el bebé o el niño de 1 año se mueve o ejerce un peso sobre las burbujas estas explotan y le despiertan varias sorprendentes sensaciones.

Hacer suyo un nuevo aprendizaje que será parte del nacimiento de su cosmovisión (visión, asimilación y aprendizaje del mundo que le rodea).

Desarrollar su cerebro con un ejercicio de causa y efecto.

Los materiales

  • Plásticos para embalaje. Te recomiendo que sea un plástico alargado sobre el cuál tu pequeño pueda desplazarse. Los venden en rollos en las tiendas.
  • Cinta adhesiva

Pasos a seguir

  1. Coloca el plástico en el piso y sujétalo al mismo usando suficiente cinta adhesiva. El objetivo es cubrir todos los vértices del rectángulo. El plástico debe quedarte bien sujeto al suelo porque con tanto movimiento sobre él puede despegarse.
  2. A continuación, pon a tu hijo sobre esta suave superficie de burbujas y ¡a jugar!
  3. Caminar sobre un plástico de burbujas
  4. Demuéstrale a tu hijo lo divertido y hasta placentero que es caminar sobre un plástico de burbujas.
  5. Descálzate los zapatos, quítate los calcetines y salta encima de la superficie. Pídele que te imite
  6. Enséñale cómo usar los dedos de los pies para explotar las burbujas; esta idea puede servirte para llevar a cabo una competencia entre vosotros a ver quién logra primero -te recalco-, usando solo los dedos de los pies, quitarles el aire a todas las burbujas.
  7. Para esto necesitarás dos plásticos idénticos que colocarás uno al lado del otro. Uno para ti y otro para tu niño.
  8. Podéis variar un poco la actividad y en vez de caminar podéis saltar, arrastraros, rodar… Las reglas y la meta las ponéis vosotros según os parezca más divertido.
  9. Ya, si se trata de que tu hijo es un bebé deberás
  10. Para terminar, despega el plástico del suelo y los niños disfrutarán mucho terminando  de exprimir el material con sus manos para sacarle el resto del aire que contiene. Esto también será muy divertido.

Quién puede hacer esta actividad y alternativas

Bebés a partir de 18 meses: Si tienes un bebé extrema la seguridad de dejar el plástico bien pegado al suelo por todo sus cantos. Recuerda que existe la posibilidad de que siempre quede algún fragmento levantado que le resulte interesante y lo estimule a llevárselo a la boca. El bebé más pequeño que aún no tenga desarrollada la habilidad de agarrar pegará su boquita al suelo y se comerá el plástico sin que apenas te des cuenta. Por todo ello, revisa el plástico y la cinta adhesiva las veces que sean necesarias. acostarlo o sentarlo sobre la superficie y enseñarle lo bien que se siente gatear sobre ella o acariciarla con las manitas y los pies. Como tu pequeño tiene todavía poca presión en sus manos es probable que debas darle algún juguete para que lo golpee sobre el plástico y así logre ver y escuchar cómo se rompen las burbujas.

Niños a partir de 3 años: Los peques de preescolar disfrutarán mucho de la actividad. Ten igualmente la precaución de pegar bien el plástico de burbujas con la cinta adhesiva en el suelo para impedir resbalar.

Alternativas para niños más mayores

A los niños a partir de 6 años les encantará igualmente esta actividad sensorial y disfrutarán sintiendo la sensación burbujeante en sus pies. ¡Hasta a ti te va a gustar!… No en vano, todos nos ponemos a petar las burbujitas en cuanto cae en nuestras manos uno de estos plásticos!

Para qué sirve esta actividad

Es una actividad sensorial de motricidad gruesa en la que estimulamos el sentido del tacto primero en los pies y posteriormente en las manos y el del oído al escuchar cada vez que explota una burbujita.

Caminar sobre plástico burbujeante estimula las terminaciones nerviosas que se encuentran en los pies y estimula el sistema inmunitario.

Fomentamos la diversión, la sociabilidad y la empatía. Trabajamos la relación causa efecto.

Consejos prácticos

  • Si usas un plástico de burbujas reciclado, pégalo bien entre sí para poder formar un circuito por el que caminar.