En el presente artículo me gustaría hablaros sobre el arte y los beneficios de la pintura para los niños.
La pintura para los niños, así como para los adultos, es una vía de expresión sobre la cual verter emociones e ideas. Pero en el plano del desarrollo físico y social de un ser humano su rol es más trascendente en las primeras etapas de la vida.
La pintura participa en el desarrollo psicomotor
Las actividades creativas participan en todas las áreas del desarrollo de los niños, entre ellas las del desarrollo psicomotor.
Cuando un niño coge un lapicero, una cera o pincel en sus manos e intenta esbozar un dibujo, ejercita tanto la musculatura de sus manos como su cerebro.
Mediante la pintura y el dibujo los niños aprenden a dominar sus movimientos y a lograr una correcta coordinación mano-vista. Estas destrezas, además de suponer una gran evolución en su psicomotricidad y control muscular les permitirán dominar los trazos y aprender a escribir más fácilmente en sus años venideros.
La pintura desarrolla el cerebro
Los humanos llegan al mundo con millones de neuronas en su cerebro.
Aun así, se sabe que las necesarias y valiosas conexiones entre ellas se van formando a partir de los estímulos que recibimos del entorno.
A medida que aprendemos y ejercitamos lo que vamos conociendo las neuronas realizan nuevas rutas de información, lo que se traduce en aprendizaje y desarrollo cognitivo.
La pintura es una de esas herramientas que posibilita la maduración de las funciones neuronales.
Pintar también faculta a los niños para la asimilación de destrezas venideras, estimula su imaginación y su capacidad para crear.
Cuando los niños dibujan conocen el nombre de los colores y cómo mezclarlos entre ellos para lograr nuevas tonalidades.
Así mismo aprenden las formas que tienen las figuras y el color de las cosas.
La pintura pone a funcionar el sentido de la vista en correspondencia con la psicomotricidad.
Los niños pueden, después de la observación del mundo que les rodea los niños pueden hacer uso de sus habilidades motrices para reproducirlo. También se les facilita la expresión plástica de sus propias ideas o las que les sugiramos.
El arte del dibujo incentiva la experimentación. Aun cuando un maestro les muestre a los niños los materiales y las técnicas para dibujar; ellos se sentirán capaces de inventar nuevos métodos, diseños y mezclas de colores.
La pintura aumenta la autoestima
A pintar se aprende fácilmente pero cuando los niños pintan comprenden que son capaces de poner en práctica una nueva habilidad y crear algo con ella.
Esto les permite sentirse orgullosos de sus logros algo que les aumenta la alegría y la confianza en sí mismos.
La pintura favorece las relaciones sociales
Cuando los niños pintan en grupo se relacionan entre ellos. Cada quien mira el dibujo de su compañero y lo comenta. Intercambian ideas y materiales de forma activa.
El pintar en grupo enseña a los niños a compartir y comunicarse con otros niños.
Los beneficios de la pintura para los niños
Pintar es relajante, otorga paz y felicidad al “artista”.
Esta actividad disminuye el estrés sobre todo en aquellos niños que presentan serios trastornos de conducta.
La pintura supone también un refugio y una terapia para los pequeños que viven en hogares disfuncionales, en donde prevalece el conflicto y la violencia.
Ella les ayuda a canalizar el dolor, la rabia, la irritabilidad, el miedo y la tristeza.
Además, interviene en el desarrollo emocional, sobre todo, en el de los niños tímidos y pasivos que les cuesta comunicarse mediante el lenguaje articulado.
La pintura también sirve para que el niño aprenda a razonar y tomar sus propias decisiones: “Si usa uno u otro color o dibuja esta u otra figura”.
El tiempo que los niños emplean en dibujar son horas que dedican a un esparcimiento sano y libre de peligro.